Los cruceros diurnos consisten en sumergirse en las brillantes aguas azules del Mediterráneo, las vistas despejadas de la costa y la animada actividad costera, lo que resulta perfecto si quieres divisar lugares emblemáticos y sacar fotos vibrantes. En cambio, los cruceros nocturnos o al atardecer ofrecen un ambiente más tranquilo y romántico. Verás cómo el sol se sumerge en el horizonte, cómo brillan las luces de la ciudad a lo largo de la orilla y disfrutarás de la Costa Azul bajo una luz más suave y dorada.