- El Mediterráneo en invierno: Niza ofrece un cambio refrescante del frío. Las temperaturas son suaves (8-15 °C) y el aire fresco del mar, ideal para hacer turismo y pasear al atardecer.
- La Aldea de Navidad del Jardín Alberto I: Desde finales de noviembre hasta principios de enero, el corazón de la ciudad se transforma en un encantador pueblo festivo lleno de más de 60 chalets de madera, una noria y puestos de comida local.
- Deslumbrantes luces de ciudad: El paseo del Paillon, la plaza Masséna y la avenida Jean Médecin brillan cada noche con elegantes espectáculos que rivalizan con cualquier capital europea.
- El encanto del casco antiguo: Pasea por las estrechas callejuelas de Vieux Nice decoradas con guirnaldas y artistas callejeros que cantan villancicos bajo las luces de la catedral.
- Sabores locales de la Riviera: Prueba delicias provenzales como la socca (tortita crujiente de garbanzos), platos de marisco y el tradicional bûche de Noël en los cafés frente al mar.
- Tranquila pero animada: Niza atrae tanto a los lugareños como a los viajeros de invierno, ya que ofrece energía festiva sin las grandes aglomeraciones de París o las estaciones de esquí.































































































